En algunos
ámbitos, el servicio comunitario es visto como una obligación o un requisito
para lograr un objetivo personal. Con esta idea, cualquier actividad que se
realice no va a ser placentera ni tendrá algún beneficio.
Cuando la esencia
de un proyecto de servicio comunitario se centra en el conocido poder de la sonrisa, los resultados cambian. Todos podemos sonreír y al igual que un
bostezo, las sonrisas son contagiosas, pero sus efectos son mucho más beneficiosos
que cualquier otro comportamiento adquirido por contagio.
Ver el
servicio comunitario como una oportunidad para compartir y contagiar sonrisas
en los demás es la clave para inculcar en los estudiantes un deseo real de
participar en este tipo de actividades.
Partiendo
de aquí podemos mencionar 5 beneficios esenciales que pueden obtener los
estudiantes (ya sean niños o adolescentes) al participar en algún proyecto de
servicio comunitario con la premisa de que su misión es reflejar sonrisas a los
demás:
1. Los acerca a su comunidad.
Conocer otras realidades sociales enriquece su visión de mundo y les
enseña de primera mano que el propio entorno en donde viven o estudian es muy
variado.
2. Los hace sensibles a las necesidades
de otros.
Al crecer y madurar, la mayoría de las personas pierdan esa sensibilidad
que se requiere para extender una mano y ayudar a los demás. Fomentar esta empatía
desde edades temprana permitirá que en el futuro existan más personas enfocadas
en ayudar a los demás que en satisfacer sus deseos personales.
3. Despierta intereses que pueden
convertirse en proyectos personales.
El contacto con personas en otras realidades sociales le permite a los
estudiantes identificar intereses personales que después se pueden convertir en
su carrera o proyecto de vida. Visitar un aula de enseñanza especial donde
habían niños con discapacidades distintas hizo que una joven se diera cuenta
que su deseo era estudiar educación especial. A través del servicio comunitario
conoció lo que le gustaba y le permitió elegir la carrera profesional en la que
quería desarrollarse.
4. Fortalece la autoestima.
Los estudiantes pueden conocer que tienen la capacidad
de ayudar a otros, que pueden jugar con ellos, enseñarles una canción o
colorear un dibujo. Ayudar a los demás aumenta la autoestima y propicia el
desarrollo de ser humanos más estables emocionalmente.
5. Se aprecia lo verdaderamente importante
en la vida.
Pasar horas con algún vídeo juego o viendo Netflix no se compara con el
tiempo que un estudiante pueda dedicar en ayudar a un adulto mayor a completar
una sopa de letras o un crucigrama. El tiempo invertido en el servicio comunitario
ayuda a los estudiantes a comprender que ayudar a otra persona o invertir
tiempo de calidad en ella, produce una satisfacción inmensa y ahí es donde se
centra lo que es verdaderamente importante en la vida.
Invertir en
proyectos de servicio comunitario en la etapa escolar es invertir en educar a
mejores y más comprometidos seres humanos para el futuro y por eso creemos que
este tipo de actividades deben incluirse en los programas de todas las
instituciones de enseñanza. Lighthouse International School cree firmemente en
los beneficios de este tipo de programas y por eso lo aplicamos en todos los
niveles escolares. Si quiere conocer más sobre nosotros puede visitar www.lighthouse.ed.cr

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